Eduardo Mill Ferreyra.
Edema agudo de Pulmón en el contexto de una cardiopatía
isquémica.
Con este título se desarrolla un interesante artículo
publicado en la revista se SEMG ( Sociedad Española de Medicina general y
familiar de España), en el sus autores los Dres. Hermida Pérez, Hernandez
Guerra, Bermejo Hernandez, Perez Concepción, Arroyo Díaz, y Jimenez Vila, todos
con actividad asistencial en Islas Canarias, desarrollan un interesante repaso
de las posibilidades diagnósticas y fundamentalmente del tratamiento de esta entidad
tan grave desde la asistencia de la Atención Primaria.
En este contexto trataré de resumir los conceptos que mayor
importancia tienen, en mi criterio para el buen accionar en esta entidad, con
algunos agregados y aportes personales, siguiendo los consejos de la
bibliografía consultada.
Podemos definir al edema agudo de Pulmón ( EAP) como el
resultado de la inundación de los alveolos pulmonares, acompañado de líquido
acumulado anormalmente en el intersticio pulmonar, como resultado del fracaso
de los mecanismos que mantienen constante el volumen de líquido intersticial
pulmonar fisiológico.
En este artículo clasifican al EAP en dos grandes grupos:
1)
Cardiogénico: secundario a daño estructural del
corazón como son Cardiopatía isquémica, arritmias, enfermedad valvular,
insuficiencia cardíaca izquierda o shock cardiogénico.
2)
No cardiogénico, entidad cuyo origen se basa en
otros procesos patológicos, distintos del origen cardiológico y cuya entidad más
importante es el daño de la membrana alveolo capilar de diferente etiología
como por ejemplo el Síndrome de distress respiratorio del adulto, secundario a
mal de alturas o sepsis.
Los autores asumen como las tres vías fisiopatológicas
posibles para el desarrollo de la patología como:
1)
El
equilibrio de las fuerzas de Starling.
2)
La integridad de la membrana alveolar.
3)
El drenaje linfático pulmonar.
La clínica de presentación se caracteriza por severa y
progresiva dificultad respiratoria, acompañada de ansiedad y agitación,
palpitaciones, taquicardia, sudoración fría, palidez cutánea, y en casos
extremos cianosis tanto central como
periférica.
La auscultación pulmonar
evidencia los característicos estertores crepitantes distribuidos en ambos
campos pulmonares con o sin broncorrea.
En cuanto a la valoración inicial son muy importantes los
signos vitales (TA, FC, Saturación de O2 en sangre capilar) por lo que su
medición es de vital importancia para poder iniciar un tratamiento correcto. (E
Mill)
ECG evidenciará Taquicardia sinusal en el mejor de los
casos, con detección de otras arritmias que en el contexto descripto
constituyen una emergencia médica y que deben ser solucionadas rápidamente
mediante la cardioversión eléctrica.
Otros diagnósticos posibles son cardiopatía isquémica aguda
o crónica, crecimiento de cavidades cardíacas ( E Mill)
Descartamos aquí la descripción de otro importante método
diagnóstico como son la radiología de tórax ya que en atención primaria no es
habitual encontrar esta y no es de inicio muy importante para el inicio del
tratamiento. ( E Mill).
Tratamiento
Medidas Generales.
1)
Mantener posición sentado, respetando la
hiperextensión del tórax y las piernas colgando de la camilla para mejorar la
capacidad pulmonar y reducir el retorno venoso periférico.
2)
Administrar O2 con máscara Ventimask a 100%.
3)
Lograr acceso venoso periférico del mayor
calibre posible.
4)
Monitorizar funciones vitales ( ritmo cardíaco y
frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno periférico y tensión arterial). Es
muy importante la monitorización del paciente con electrocardiograma continuo y
tener acceso rápido a la desfibrilación eléctrica (E. Mill).
5)
Valorar en inicio y luego en la evolución los
signos de mala perfusión periférica (colorido de la piel, nivel de conciencia,
tensión arterial, diuresis / hora). Para esto último es evidente que la
utilización de sonda vesical Foley colocada en la vejiga del paciente será de
gran ayuda. ( E. Mill).
Tratamiento farmacológico.
Este tratamiento será destinado a su implementación en el
paciente con edema agudo de pulmón pero con tensiones arteriales por arriba de
los niveles que marcan el límite con el Shock cardiogénico ( tensión sistólica 0 o > 90 mmhg). Si
esto no es así evidentemente el tratamiento específico no es el indicado a
continuación. ( E. Mill)
Vasodilatadores.
Nitratos. La vía accesible en atención primaria pero por eso
no menos importante es la sublingual, si no se tiene la limitación de la
tensión arterial la posibilidad terapéutica
es de 5 comprimidos cada 5 minutos, creo que la dosis se puede utilizar
en forma más progresiva con una dosis
cada 5 minutos hasta notar efectos a nivel de los valores de ta.
Su mecanismo de acción es una vasodilatación mixta tanto
arterial con lo cual se reduce la post carga y venoso con lo que se obtiene una
disminución de la precarga a través del aumento de la capacitancia venosa. ( E
Mill).
También se puede desde el inicio tratarlo con vía
endovenosa, iniciando una infusión de 10 mg diluido en 100 ml de suero
glucosado y con infusión de 10 ml / hora.
Diuréticos. Furosemida. Los autores de este trabajo
aconsejan 20 mg en bolo ev rápido, consultando otra bibliografía aconsejan de
inicio un bolo de 40 mg ev. y luego a los 30 minutos el aporte de otra dosis ev.
de 20 mg
Este fármaco es sin lugar a dudas unos de los pilares
fundamentales del tratamiento, tanto por su potencia diurética como por la
posible venodilatación que genera, con lo cual se actúa por diferente vía sobre
al precarga.
Morfina. Esta se puede infundir por vía SC o IV, con dosis
de 2 a 5 mg a pasar en 2 a 3 minutos, su acción de disminución de la ansiedad
secundaria a la disnea junto con una vasodilatación arterial y venosa
contribuye en su efectos con los fármacos anteriores.
Su principal
limitación es la depresión central respiratoria, con rara presentación pero que
en caso de presentarse será necesario la ventilación asistida del paciente
mediante intubación orotraqueal y conexión a un ventilador manual o mecánico.
(E Mill)
Digitálico. Digoxina. Aporta una acción inotrópica positiva
y recordemos cronotrópica negativa, los autores de esta publicación sugieren
una dosis de 0.5 a 1 mg ev.
En caso de disponer de bomba de infusión continua la
posibilidad de utilización de aminas simpáticomiméticas es una realidad siendo
las más utilizadas la Dobutamina y la
Dopamina.
Dopamina cuenta con 3 dosis.
2 a 5 ug/kg/ minuto estimula receptores renales
dopaminérgicos con efectos diuréticos.
5 a 10 ug /kg/ minuto estimula receptores beta con efectos
cronotrópicos e inotrópicos positivos.
Dosis de mas de 10 ug/kg/minuto estimula receptores alfa con
efectos de vasoconstricción.
Dobutamina
Dosis inicial de 2.5 ug /kg/minuto con aumento progresivo
cada 15 minutos de duplicación de dosis hasta un máximo de 20 ug/ kg/minuto. (
E Mill).
Broncodilatadores. Aminofilina 240/480 mg IV, no solo actúa
como brondodilatador, sino que a su vez ejerce un efecto diurético.
Esta medicación es de
larga evolución y en la actualidad creo que no es de primera elección si se
dispone de otras posibilidades, según la bibliografía consultada.( E.Mill).
Iniciada esta terapéutica, nuestra segunda misión será la
evacuación de la víctima a un centro hospitalario de referencia, para lo cual
será necesario contar con una unidad medicalizada de traslado, según las
posibilidades del sistema sanitario, no solo como vigilancia de las posible complicaciones
sino de un mayor rigor en las infusiones de fármacos vasoactivos por vía
endovenosa (E. Mill).
Bibliografía consultada. ( E. Mill)
1)
Manual de emergencias médicas. Dres Gustavo
Tisminetzky, Gabriela Pahissa. 2005 Editorial el Ateneo.
2)
Urgencias en el paciente mayor. Dr. Manuel S.
Moya Mir Sociedad Española de Emergencias y Urgencias 2009.
3)
Medicina familiar y ambulatoria. Adolfo
Rubinstein y Sergio Terrasa. Segunda edición. Editorial Panamericana.
4)
Atención primaria. Cuarta edición A Martín Zurro
y J. F. Cano Perez.
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