jueves, 3 de octubre de 2013

Gota en Atención primaria. Diagnóstico.

Eduardo Mill Ferreyra.


Gota  en atención primaria.

Diagnóstico.

La gota es una enfermedad conocida desde la antigüedad, el primer contacto que se tiene con la enfermedad es en un papiro egipcio datado en el 2600 AC.

Se la puede definir como una artritis inflamatoria más frecuente en el humano, siendo lo mas importante en atención primaria su definición, ya que solo nos apoyamos en la clínica y el resultado de la uricemia.

En cuanto al diagnóstico nos podemos referir a dos tablas de criterios que se desarrollan a continuación.

Criterios de Wallace.

A)     Presencia de cristales de urato monosódico monohidrato, característico de líquido sinovial.

B)      Un tofo que contenga los cristales de urato, comprobados por procedimientos químicos o microscopía de luz polarizada.

C)      Presencia de 6 de los siguientes criterios clínicos, de laboratorio y radiológicos

1)      Más de un ataque de artritis aguda.

2)      Inflamación  extrema desarrollada en un día

3)      Ataque de artritis monoarticular.

4)      Enrojecimiento articular.

5)      Dolor o hinchazón de la 1ª articulación metatarsofalángica.

6)      Ataque unilateral de la 1ª articulación metatarsofalángica.

7)      Ataque unilateral de la 1ª articulación del tarso.

8)      Sospechas de tofo.

9)      Hinchazón de una articulación ( rx )

10)   Quistes subcorticales ( rx )

11)   Hiperuricemia

12)   Cultivo negativo para microorganismos en líquido articular durante el ataque de inflamación articular.

Recomendaciones de la European League Against Rhematism ( EULAR ) para el diagnóstico de gota.

Episodios agudos con rápido desarrollo de dolor e inflamación importantes, que alcanzan su máximo en 6 a 12 hs, si se acompañan de eritema son sugestivos de inflamación cristalina, aunque no específicos de gota.
La gota y la infección pueden coexistir, por lo tanto, si se sospecha inflamación se debe cultivar el líquido sinovial aunque contenga cristales.
Cuando la presentación es típica de gota (ataques recurrentes de podagra con hiperuricemia),  el diagnóstico clínico es razonable pero no definitivo sin la confirmación de cristales.
Aunque el factor de riesgo para la gota es la hiperuricemia, la concentración sérica no confirma ni excluye la gota. Muchas personas con hiperuricemia no desarrollan gota y durante el ataque agudo la concentración sérica de uratos pude estar entre los rangos normales.
La identificación de cristales de urato monosódico en el líquido sinovial o en los tofos permite el diagnóstico definitivo de gota
La excreción renal de ácido úrico se debe mesurar en pacientes seleccionados, especialmente cuando la gota se inicia por debajo de los 25 años o cursa con cálculos renales.
Se recomienda la búsqueda rutinaria de cristales de uratos monosódicos en todos los líquidos sinoviales obtenidos en las articulaciones inflamadas por diagnosticar.
Aunque las radiografías pueden ser útiles para el diagnóstico diferencial, no son útiles para confirmar el diagnóstico de gota de inicio.
La identificación de los cristales en articulaciones asintomáticas permiten el diagnóstico definitivo en los períodos intercríticos.
Debe investigarse los factores de riesgo para gota y las comorbilidades asociadas, incluyendo el síndrome metabólico (  obesidad, hiperuricemia, hiperlipidemia, hta.).

 Bibliografía
Abordaje de la gota en atención primaria.
Coordinadora: Dra. Carmen Moragues

 

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