Gota en atención
primaria.
Diagnóstico.
La gota es una enfermedad conocida desde la antigüedad, el
primer contacto que se tiene con la enfermedad es en un papiro egipcio datado
en el 2600 AC.
Se la puede definir como una artritis inflamatoria más
frecuente en el humano, siendo lo mas importante en atención primaria su
definición, ya que solo nos apoyamos en la clínica y el resultado de la
uricemia.
En cuanto al diagnóstico nos podemos referir a dos tablas de
criterios que se desarrollan a continuación.
Criterios de Wallace.
A)
Presencia de cristales de urato monosódico
monohidrato, característico de líquido sinovial.
B)
Un tofo que contenga los cristales de urato,
comprobados por procedimientos químicos o microscopía de luz polarizada.
C)
Presencia de 6 de los siguientes criterios
clínicos, de laboratorio y radiológicos
1)
Más de un ataque de artritis aguda.
2)
Inflamación
extrema desarrollada en un día
3)
Ataque de artritis monoarticular.
4)
Enrojecimiento articular.
5)
Dolor o hinchazón de la 1ª articulación
metatarsofalángica.
6)
Ataque unilateral de la 1ª articulación
metatarsofalángica.
7)
Ataque unilateral de la 1ª articulación del
tarso.
8)
Sospechas de tofo.
9)
Hinchazón de una articulación ( rx )
10)
Quistes subcorticales ( rx )
11)
Hiperuricemia
12)
Cultivo negativo para microorganismos en líquido
articular durante el ataque de inflamación articular.
Recomendaciones de la European League Against Rhematism (
EULAR ) para el diagnóstico de gota.
Episodios agudos con rápido desarrollo de dolor e inflamación
importantes, que alcanzan su máximo en 6 a 12 hs, si se acompañan de eritema
son sugestivos de inflamación cristalina, aunque no específicos de gota.
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La gota y la infección pueden coexistir, por lo tanto, si se sospecha
inflamación se debe cultivar el líquido sinovial aunque contenga cristales.
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Cuando la presentación es típica de gota (ataques recurrentes de
podagra con hiperuricemia), el
diagnóstico clínico es razonable pero no definitivo sin la confirmación de
cristales.
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Aunque el factor de riesgo para la gota es la hiperuricemia, la
concentración sérica no confirma ni excluye la gota. Muchas personas con
hiperuricemia no desarrollan gota y durante el ataque agudo la concentración
sérica de uratos pude estar entre los rangos normales.
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La identificación de cristales de urato monosódico en el líquido
sinovial o en los tofos permite el diagnóstico definitivo de gota
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La excreción renal de ácido úrico se debe mesurar en pacientes
seleccionados, especialmente cuando la gota se inicia por debajo de los 25
años o cursa con cálculos renales.
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Se recomienda la búsqueda rutinaria de cristales de uratos
monosódicos en todos los líquidos sinoviales obtenidos en las articulaciones
inflamadas por diagnosticar.
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Aunque las radiografías pueden ser útiles para el diagnóstico
diferencial, no son útiles para confirmar el diagnóstico de gota de inicio.
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La identificación de los cristales en articulaciones asintomáticas
permiten el diagnóstico definitivo en los períodos intercríticos.
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Debe investigarse los factores de riesgo para gota y las
comorbilidades asociadas, incluyendo el síndrome metabólico ( obesidad, hiperuricemia, hiperlipidemia,
hta.).
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